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De mamá a mamá:
Maternar en la migración

UNA CONVERSACIÓN CON AFLOAT

Por: Evelyn Amarillas

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Nunca me imaginé ser madre lejos de mi familia en México. Las familias mexicanas son muy apegadas, cercanas, sociables. Siempre decimos que la familia es primero. Pero sobre todo, la figura de la madre es fundamental en nuestra cultura, pues se concibe tradicionalmente como el pilar de la familia, y eso es algo que, para bien o para mal, es así en muchos países.

Dado que en las madres recae casi todo el peso de la crianza y la familia, tanto en México como en el resto de Latinoamérica, las mujeres se acompañan unas a otras para aligerar esa carga. Sean las vecinas, las tías, las primas o las amigas del colegio, existe una especie de solidaridad entre mujeres —o sororidad— que se convierte en una red de apoyo tanto para las madres como para sus hijes. Yo misma recuerdo mi infancia de esa manera y veo hoy en día a las mujeres de mi familia, más allá del lazo sanguíneo que nos une, como amigas y cómplices. Y así pensaba que sería algún día para mis hijes también...

Pero pasó que la vida me sorprendió al otro lado del mundo y descubrí —y decidí— en Alemania que me convertiría en mamá por primera vez. Desde el primer momento la felicidad y la ilusión de mi embarazo se mezclaron con las dudas y los miedos propios de cualquier mamá primeriza, pero también con la nostalgia y tristeza del duelo migratorio que nunca se va del todo. A pesar de tener a un gran compañero a mi lado y de contar con un círculo de amistades cercanas aquí en este país, la maternidad es un proceso sumamente complejo que solamente quien lo ha vivido lo puede entender, y por esa razón yo necesitaba conectar con alguien que hubiera pasado por lo mismo, una especie de guía que me dijera que todo iba a estar bien.

Decidida a echar raíces en este otro país, se hizo necesario y urgente para mí buscar una red de apoyo de madres, y fue así como llegué a Afloat, una asociación sin fines de lucro dedicada a brindar apoyo a madres internacionales en Alemania, y que para mi fortuna contaba con un grupo especial conformado exclusivamente por mamás de habla hispana. En el grupo de apoyo "De mamá a mamá" me encontré con mujeres de distintos países de Latinoamérica que viven la maternidad en Alemania y conocen los retos que conlleva el formar una familia en una cultura y un idioma ajenos a los nuestros. Cuando las conocí, algunas de ellas ya tenían hijes, otras estaban embarazadas, y a pesar de que todas tenemos historias muy distintas, se creó una conexión muy especial entre nosotras. Parecía que todas buscábamos ese sentido de comunidad que conocemos de nuestros países. Esas mujeres fueron a quienes acudí con mis dudas y preguntas durante mi embarazo, desde cosas tan simples como qué tipo de mesa conseguir para cambiar pañales, hasta qué hospital era el mejor o cómo entenderle a los trámites burocráticos relacionados con la familia en Alemania, cosas muy específicas en las que solamente ellas, por compartir  la maternidad, las experiencias migratorias y una cultura similares, me podían entender y ayudar. 

Si bien el apoyo y el amor de mi familia en México siempre ha estado presente y es mi primera base para todo, ha sido también un alivio contar con esta otra familia aquí, conectar con otras historias de migración, sentirme acompañada y guiada. Por eso en este mes que celebro mi primer Día de las Madres como mamá y que se cumple exactamente un año desde que me uní a Afloat, junto con mis compañeres de Micelio me reuní con las mujeres que coordinan esta red de apoyo para conversar y reflexionar juntes acerca de la maternidad en la migración y de la gran labor que tienen en sus manos como parte de esta asociación.

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Mantenernos a flote

Afloat comenzó en 2020 como una iniciativa social de la argentino-canadiense Andrea Waisgluss, quien como voluntaria de Postpartum Support International decidió crear grupos de apoyo para mamás en Heidelberg, Alemania, tanto en inglés como en español, enfocándose en la salud mental materna. En ese momento Johanna Tonn-Straavaldsen, actual directora de Afloat, trabajaba como doula con familias internacionales, acompañando a mujeres durante sus embarazos y en el periodo de posparto; al conocer el trabajo de Afloat, se dio cuenta de que éste encajaba perfectamente con las familias con las que trabajaba y decidió involucrarse. De su experiencia acompañando familias internacionales que viven en Alemania y siendo ella también una madre internacional viniendo de Estados Unidos, Johanna descubrió que la soledad era una de las dificultades más grandes para esas madres, y que necesitaban una red de apoyo: 

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“Vienen a un lugar nuevo y empiezan de cero, tal vez sin ningún tipo de red, con barreras idiomáticas y culturales, y a eso se suma que realmente en especial cuando estás embarazada o tienes hijos pequeños es cuando más necesitas una red. Es un gran desafío y tiene consecuencias reales. No es solamente algo difícil. Para algunas personas hace una diferencia entre tener una experiencia postparto positiva y tener una experiencia en la que hay tantos retos que cobran una gran factura”.

 

Desde el inicio, el objetivo de Afloat siempre ha sido proveer a las madres del apoyo y los recursos necesarios para sobrellevar lo que Johanna considera una “fase intensa de la vida”, la crianza. Si bien durante sus primeros meses de creación Afloat mantuvo el formato virtual debido a la pandemia, esto permitió que la iniciativa creciera y los grupos se expandieran a toda Alemania: 

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“La idea era unir a las personas y ofrecer eso que faltaba, y después del corona, cuando lo abrimos a toda Alemania, nos dimos cuenta de que había una gran demanda. Hay personas que están lidiando con ansiedad o depresión posparto u otro trastorno que se sienten realmente aisladas. A veces se sienten solas en sus sentimientos y también solas en su vergüenza por cómo se sienten. Y reducir eso al conectar con otras personas es realmente poderoso, pero incluso las personas que no tienen problemas de salud mental: casi todos los padres necesitan apoyo”.

 

Después de haber fundado las bases de lo que Afloat es al día de hoy, Andrea dejó su rol como directora y desde entonces Johanna se ha encargado de continuar la labor de apoyo hacia madres internacionales. Además de la experiencia como doula, en lo personal Johanna admite que a pesar de que sus hijos no nacieron en Alemania, ella misma tuvo una experiencia de posparto difícil y el haber superado esa etapa le dejó lecciones importantes que ahora puede compartir para ayudar a otras personas: 

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“A veces las cosas no funcionaban como yo esperaba y realmente sufrí emocionalmente. Superé eso y pasar de ese punto y desarrollar un amor por el proceso de crianza fue realmente poderoso. Cuando comencé con Afloat, mis hijos eran mayores y yo no estaba ya en esa fase intensa, pero durante los últimos tres años me ha dado la oportunidad de mirar hacia atrás, tomar algo de mi experiencia y sentir que puedo ayudar a otros padres.”

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Para ella, el volver a esa etapa difícil y hablar sobre lo que vivió es también una forma de sanar, y desde su experiencia el ser parte de Afloat ha tenido un impacto positivo en su vida.

Actualmente, en Afloat se ofrece apoyo a madres o personas que se asumen como cuidadoras a través de grupos que cubren distintas necesidades: además del grupo en español está el grupo en inglés, hay también un grupo para embarazadas, para madres negras, para mamás con hijes mayores, e incluso recientemente se creó un grupo para padres internacionales o miembros de familias internacionales en Alemania. La labor de coordinación de cada grupo es voluntaria y viene de personas que viven también estas  experiencias, por lo que la conversación se da de manera horizontal, sin jerarquías. 

Y lo más lindo de todo es que cualquier persona se puede unir, no hay ningún tipo de cuota de acceso o prerrequisito, aunque eso sí, las donaciones son siempre bienvenidas. Para Johanna, ésta es una de las cosas que hacen a Afloat coherente tanto en forma como en contenido, pues ella misma reconoce que las dificultades económicas pueden ser un obstáculo a la hora de acceder al apoyo como mamás migrantes:

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“Sabemos que hay muchas cosas distintas que ponen a las personas en riesgo de experimentar un trastorno o un problema de salud mental y ser una persona internacional es una de ellas, pero también tener dificultades económicas es otro factor de riesgo, por lo que no nos gustaría sumar otra capa a eso y hacerlo menos accesible”.

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Desde el 2021 Afloat está registrada como una Verein, una asociación sin fines de lucro, lo que permite mantenerse fiel a su objetivo de ofrecer apoyo a cualquier persona que lo necesite y a la vez cubrir los costos de operación. Para Johanna, esto ha sido todo un reto y ha tomado mucho tiempo y trabajo, pero ha sido la mejor opción para el proyecto porque el conformarse como asociación significa también que no hay una persona que está por encima de todo, sino que es una comunidad. Y eso es exactamente lo que Afloat busca ser: ese punto del cual sostenerte cuando sientes que te ahogas, porque, en palabras de Johanna:

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 “Cuando estás en la paternidad o en general, pero especialmente en la paternidad nueva, sientes que puedes estar ahogándote todo el tiempo, ahogándote en todas las cosas que tienes que aprender, ahogándote en los sentimientos y las experiencias, y necesitas algo que de alguna manera te haga sentir que tu cabeza está fuera del agua”.

De mamá a mamá

Además de las cosas que nos unen a otras mujeres como madres internacionales en Alemania, y de que, como nos dijo Johanna, el ser una persona internacional en Alemania es un factor de conexión muy fuerte y casi instantáneo, el idioma juega un rol fundamental en el proceso de sentirse parte de una comunidad. Nuestra lengua materna no solamente nos sirve para comunicarnos, sino que es el vehículo a través del cual transmitimos nuestra cultura, y cuando estamos lejos de nuestro país de origen, ésta se vuelve un refugio, una parte fundamental de lo que consideramos el hogar. Por eso en el grupo de apoyo de “De mamá a mamá” se buscó cubrir esta necesidad entre las madres provenientes de países hispanohablantes, no solamente porque compartimos culturas similares, sino también porque tenemos conceptos de la maternidad muy parecidos que a veces contrastan con la forma en que se concibe la crianza y el rol de la mamá en Alemania, y es importante también expresar esos choques culturales.

Lilian López ha facilitado el grupo en español desde el 2021 y fue mi primer contacto con la asociación hace un año. Mexicana como yo, llegó a Alemania en el 2013 y después de tener a su primer hijo en este país experimentó una etapa muy difícil que la llevó a buscar ayuda, y en ese camino descubrió Afloat. El apoyo que encontró en el primer grupo del que fue parte la llevó a involucrarse también como facilitadora del grupo en español:

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 “En todo el proceso que yo viví con mi primer hijo, que tuve depresión postparto y experimenté otra vez esa búsqueda de identidad y de encontrarme como madre y como persona, me di cuenta que algo que me da mucha satisfacción es ayudar a los demás. Entonces, el tener la oportunidad de hacerlo a través de Afloat, con esa causa tan bonita y tan apegada a mi corazón y con la que me identifico mucho, ha sido algo que me ha impactado muy positivamente en mi vida”. 

 

Ahora que está a la espera de su segundo hijo, Lilian decidió invitar a coordinar el grupo a Anahí Franco, quien también formó parte del primer grupo de Afloat. Esto le ha permitido tener más flexibilidad debido a lo impredecible que es a veces un embarazo, sin dejar de ser parte de la bonita comunidad que se ha creado entre las mamás. 

Por su parte, Anahí nos expresó su felicidad de integrarse a la organización en su nuevo rol de facilitadora, en el que se siente más preparada después de trabajar en otra organización apoyando la integración de personas migrantes en Alemania. Además, la etapa en la que se encuentra hoy como madre es diferente y eso también le parece una ventaja a la hora de ayudar a otras madres: 

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“Mi experiencia ya es mucho mayor, ya entiendo muy bien por qué proceso se pasa al migrar, entiendo cuál es el concepto del síndrome de Ulises, qué es lo que ocurre cuando una migra, el desarraigo, lo duro que es de pronto crear un nuevo proyecto de vida lejos de lo que tú habías construido en tu país de origen, empezar de cero y construir una nueva red de apoyo… Y de pronto poder estar con estas chicas, que muchas de ellas tienen bebés muy pequeños y la mayoría no están en un proceso en el que estoy yo ahora, me hace ver la maternidad de una forma distinta. La veo ahora como un proceso y veo y sé la complejidad y la necesidad de sostener a una madre en ese proceso de soledad”.

 

Anahí también es mexicana y llegó hace cinco años a Alemania con su hijo y su marido.  Todos los cambios que experimentó a su llegada, la muerte de su padre a finales del 2019 y el primer confinamiento debido a la pandemia a inicios del 2020, la llevaron a atravesar, en sus palabras, “un proceso muy complejo emocionalmente”. Para ella, fueron especialmente retadoras las diferencias culturales en Alemania, pues en Latinoamérica las personas “somos súper sociables, somos muy de trabajar en conjunto, de hacer comunidad” y, además de eso, el no hablar alemán supuso una gran barrera, y le mostró la importancia de crear una comunidad de habla hispana: 

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“Las emociones también tienen un idioma. No puedes comunicar cómo te sientes de una forma tan asertiva como lo puedes hacer en tu lengua materna, entonces poder hacerlo con chicas que no conocía, pero que compartíamos rasgos identitarios, culturales, conocerlas a ellas, también conocer su situación y poder tener una primera creación de una red de apoyo, me hizo entender lo importante que es sentirte arropada, acompañada y siendo parte de un grupo.”

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Tanto Lilian como Anahí reconocen que desde que se unieron a Afloat en los inicios del proyecto hasta el día de hoy como facilitadoras, muchas cosas en sus vidas han cambiado, y ven en su labor voluntaria una forma de devolver lo que en su momento ellas recibieron de la asociación. No obstante, también saben que ayudar a otras personas que tal vez están experimentando una etapa difícil es una labor complicada, por lo que ambas ponen como prioridad su propia salud mental y consideran que la terapia psicológica individual es muy importante para, en palabras de Lilian “tratar de mantener ese balance mental”. Establecer límites es otro punto clave para las dos, por ejemplo, saber hasta qué punto pueden apoyar a las mamás de los grupos y reconocer cuándo es necesario que ellas recurran a otro tipo de apoyo y proveer los recursos para el acceso a estos. Esto les permite, según Lilian, seguir aprendiendo y disfrutando lo que hacen: 

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“Yo soy una persona muy sensible, entonces sí me afecta muchas veces ver el sufrimiento de otros, pero creo que me ayuda un poco también el sentir que algo estoy haciendo de alguna manera, ya sea el apoyo de escuchar o encontrarles algún recurso que les pueda apoyar (…) ofrecer esa ayuda me da la tranquilidad de que estoy poniendo algo de mi parte.”

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Anahí, por otra parte, considera que el establecer sus prioridades y estar consciente del tiempo y las energías que dispone para sus proyectos es vital para cuidarse a ella misma: “Me ayuda mucho estar organizada y ser muy consciente de lo que puedo dar, hasta dónde puedo dar y no forzarme a dar más de lo que no puedo”. 

En cuanto a la experiencia de criar en un país distinto al de origen y el transmitir su cultura a sus hijes, Lilian nos contó que, a pesar de los retos, para ella ha sido una experiencia enriquecedora el estar en otro país y abrir sus perspectivas de la vida: “Tomar lo mejor de cada cultura, eso es lo que yo espero poderle inculcar a mi hijo. Decirle ‘esto es lo mejor de nuestra cultura, pero esto también es lo positivo de Alemania’ y tratar de que él pueda incorporar eso en su vida”. 

De la misma manera, para Anahí el transmitirle su lengua y su cultura a su hijo es una cuestión no negociable: “Él sabe que en México tiene una familia muy grande y no sé, tal vez en un futuro me sorprenda y crea que lo mejor sea regresar a su otro país y yo le doy todas las herramientas y las armas para que, si en algún momento lo quiere hacer, lo haga”. La creación de lazos con la cultura de origen a pesar de la distancia y a través de otras personas que viven la maternidad en la migración, es entonces una ventaja también para les hijes, para que escuchen a otras personas hablar el idioma de su familia materna y que se sientan también parte de esa otra cultura. 

 

Después de escuchar a Johanna, Lilian y Anahí, me di cuenta de que definitivamente contar con mi comunidad de Afloat ha marcado una diferencia en mi experiencia como madre migrante, y de que tengo mucho que agradecerles. El contar con mujeres como ellas en mi vida me inspira y me motiva cuando a veces las dificultades de la vida lejos de mi país hacen que las distancias pesen más. Sé que tengo muchos retos por delante como mamá, mi viaje apenas comienza y el camino se pondrá difícil en algunos momentos, pero afortunadamente no voy sola. Voy acompañada de Natalia, Lucía, Susana, Lilian, Candy, Anahí, Diana, Paula y Alessandra, disfrutando el paseo.

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Escucha a Johanna, Lilian y Anahí en sus propias palabras:
Video de la conversación con Afloat

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